SONRÍAN A LA GENTE, POR FAVOR.
(Este artículo lo vi publicado en el diario METRO que se reparte gratuitamente por mi ciudad diariamente, lo escribe un tal Carlos Martínez, en una sección donde los ciudadanos podemos expresar nuestras quejas y agradecimientos o cualquier otra cosa que pensemos que es bueno o aprovechable para el resto de la gente)
No te piden nada imposible si te ruegan que sonrías.
Lo siento, pero en mi caso se ha convertido en una obsesión: necesito que las personas aprendan a usar una serie de músculos de la cara que nos caracterizan como humanos.
Sonreír es el camino de la conversión de la cara en rostro, ya que desde ese sencillo gesto se expresa la aprobación hacia el mundo y hacia las personas.
Los niños sonríen solos. Los adultos quizá tenemos que aprender porque nos ha engañado este mundo que, con sus rutinas, sus victorias, derrotas y comparaciones amargas, nos convence de que cambiando de rictus llegaremos más lejos.
De lo contrario, la cara de lunes implicaría masoquismo, carencia de solidaridad o mostrarse poco profesional y poco serio.
Sonríe, despierta, repite que vivir es un regalo.
Una característica mas: quien sonríe acoge, produce confianza y hace de su rostro una casa en la que los demás tienen cabida.
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