Tu boca,
vela roja que me enciende,
donde apago mi sed
y despojada,
me bebo hasta la última gota
de tu aliento.
Tu boca,
mágica serpiente,
que recorre enardecida
mi cara,
mis senos,
hasta los más intimos
rincones de mi vida.
Paso a paso
con los labios
entreabiertos,
tu boca recibe
la cálida agonía
de ese placer,
ese deceo
y la semilla,
que da mi sexo
a tu esperada
melodía.
Tu boca,
que encandila
mi pezón,
y me derriba,
tan generosa
como el germen
de la vida,
calma mi nido
cuando mi alma
sosegada
cae por tu boca...
dulcemente
calcinada.
(Escrito por Otrosreflejos)
No hay comentarios:
Publicar un comentario